Cómo evitar ser y parecer un imbécil
Puedes impedir que te veamos como un idiota si sabes cómo
Aunque ser un imbécil esté bien visto y permita ganar elecciones o acumular audiencia, coincidiremos todos en que no es conveniente para nadie. Aquí van una serie de consejos para no serlo y, lo que parece ser más importante, no parecerlo:
1. Si no entiendes algo, una noticia, un comportamiento, lo que sea, infórmate y fórmate. No opines. Puede que no entiendas a la primera la ley de la relatividad de Einstein, no pasa nada, no eres idiota por eso, lo eres por ponerla en duda sin tener ni idea de física. Habrás comprobado cómo nadie pide tu opinión sobre algunos temas: es por algo.
2. Si te enfrentas a un problema, busca soluciones, si no las tienes, calla y escucha. Después ya habrá tiempo de comentar la jugada, pero mientras no resuelvas nada, cierra la boca.
3. Evita ser el jubilado que critica a los obreros desde la valla. Cuando los expertos trabajan, tu turra basada en nada solo estorba.
4. Tus creencias no valen nada frente a los hechos demostrables, asúmelo. No seas el imbécil que, ante una certeza contrastada, responde con un "pues yo creo que...". Da igual lo que creas, la tierra es redonda y punto. Ten en cuenta que tu interlocutor puede ser ingeniero y que tus ideas sobre la construcción de puentes sean un disparate.
5. Varía tus fuentes de información, selecciónalas, busca voces autorizadas, con experiencia y conocimiento de cada tema. Un psicólogo forense no es un epidemiólogo, un portero de discoteca no es un experto de las fuerzas de seguridad del Estado y un evasor de impuestos andorrano no es un fino analista de nada. Un buscador de ovnis es un buscador de ovnis. Si te fías de un cazafantasmas para rediseñar el Estado de las Autonomías el tonto eres tú.
El pensamiento crítico es gratis, aunque a veces te lleve la contraria. Estar bien informado lleva tiempo, no consiste en deslizar un timeline. Nadie te oculta nada, lo que pasa es que no buscas bien.
El silencio es de listos.